lunes, 19 de septiembre de 2022

La Monegrina y yo


 La semana pasada, el 10 de septiembre, se celebró la Monegrina y allí estaba yo, en esa España rural, despoblada, algo olvidada, y porque no, también desconocida. Una España con un reloj que atrasa y no por culpa suya. Mi relación con la Monegrina ha sido buena, me gusto cuando estuve la primera vez, antes de la pandemia y me ha gustado mucho también este año, a pesar de que no me encontraba en las mejores condiciones. He de destacar los buenos detalles de la organización como mandarme una preciosa postal como recordatorio o la atractiva camiseta que me han dado con la inscripción.


 
Y no, no es una marcha de esas pensadas para enmascarar competiciones, o “ultranosequé”, que ahora están tan de moda. Es algo más clásico, con bicis de acero y cromo, de aquellas que llevan los cables de freno por fuera y las palancas de cambio en el cuadro, los pedales con rastrales y unos cuantos años encima. Lo peor; sus dueños, los ciclistas. He de reconocer que, a pesar de ser amigos míos, no es gente muy normal. Están profundamente obsesionados con los cuadros antiguos, cuanto más viejos mejor, el óxido les pone y más aún restaurarlos. Vienen con mallot viejunos que se caen a pedazos, de una lana cuyas ovejas hace tiempo que dejaron de ser vírgenes, y lo que es peor, se sienten de lo más orgullosos. Fanáticos de un ciclismo en blanco y negro ya desaparecido. Y lo peor es que es algo contagioso, yo era un ciclista sin pretensiones, de andar por casa, y ahora me voy arrastrando por media España para acudir a este tipo de pruebas. He de reconocer que admiro su entusiasmo, el conocimiento que tienen de todo ese mundo del ciclismo añejo, su pasión desbordada. Pero son peligrosos, muy peligrosos, una verdadera droga.

 



Siendo ferroviario y al precio que está la gasolina opte por el tren para ir hasta Los Monegros. Y no tardé mucho más que con el coche, unas 12 horitas de nada, pero tener en cuenta que vengo desde Murcia y para los que no lo sepan, también hay otras partes de España desconocidas. Esta está al fondo, allá abajo, en una esquinita de la península rodeada por el Mediterráneo. Un regional hasta Zaragoza y otro hasta Tardienta y los pocos kilómetros que quedaban hasta Frula los hice con la bici. En estos casos odio profundamente a los madrileños, ¡tan cerca de todas partes!

 
Frula, en Huesca, va a ser el epicentro de un encuentro de ciclismo clásico con dos partes bien diferenciadas; de un lado “La Bestia”: Monegrina Classic Divide. 300 kilómetros sobre una clásica y en plena noche. Y La Monegrina, algo mucho más razonable, “solo” 60 kilómetros y un par de avituallamientos. Pero comencemos por el principio, a las 8 y 26 se pone en marcha mi tren, he escogido el regional en lugar de Aves y demás bichos porque me permite llevar la bicicleta sin desmontar simplemente colgada de un gancho. El tren completo entre Murcia y Valencia. Y, “ventajas” de la despoblación, el siguiente tramo hacia Teruel y Zaragoza casi vacío. Momento ideal para comer el bocadillo. Me levanto, alzo los brazos hacia la mochila que se encuentra en el porta maletas. Bandazo del tren y caigo cuan largo soy sobre el asiento que se encuentra a mi espalda. “Golpazo” con el costillar izquierdo sobre el armazón de fibra de vidrio del asiento. ¡Coño que dolor! No puedo respirar, no me puedo mover. Por fin logro levantarme, han pasado varios minutos. Me siento e intento recomponerme. Esto debe ser el colmo de un ferroviario, 43 años trabajando en el tren y es la primera vez que me ocurre algo semejante.


 
En Zaragoza me decido por Goya, al menos es un punto civilizado, no como esas nuevas estaciones de hormigón, horribles e impersonales. Tres horas después estoy en Tardienta, monto las bolsas y a pedalear. Es duro, apenas puedo respirar, no puedo hinchar los pulmones, por lo que doy pequeñas bocanadas poco profundas y rápidas como un pez que se queda sin agua. La noche me regala una enorme luna, cálida y luminosa, de un bonito tono pastel. El ambiente es templado, pero no agobia, pronto las luces de Frula se recortan sobre el horizonte bajo la luna. En la puerta del albergue los amigos me están esperando, nos tomamos unas cervezas en la terraza y cenamos allí mismo y a dormir. Veremos cómo me levanto mañana.


 
La organización ha montado un arco hinchable para la salida y en el pabellón una mezcla entre museo ciclista y bazar. Nos entregan credenciales y dorsales, me ha correspondido el 24 y está pirograbado en una preciosa pieza trapezoidal de madera junto a la palabra: La Monegrina. La cuelgo en la parte delantera del cuadro y me voy hacia el punto de salida. Me entretengo en dar una vuelta, cámara en mano, a los compañeros situados tras el arco. Se da la salida. Me esfuerzo, pero voy el último, sigo sin poder respirar. Decido seguir pedaleando en modo supervivencia, tratando de obtener el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo y no me va mal, el grupo no logra alejarse demasiado. Pedaleamos por un terreno tendido con suaves ondulaciones. La carretera, rodeada de campos de maíz regados por aspersores que en ocasiones invaden la calzada. Están funcionando a pleno sol y luego nos critican a los murcianos, dicen que gastamos mucha agua y lo tenemos todo por goteo y hasta informatizado.


 
Afortunadamente pronto llegamos a Cantalobos lugar del primer avituallamiento, los vecinos se esfuerzan año tras año en agasajar a los participantes y a fe mía que lo consiguen. Ricos embutidos, cervezas y refrescos, fruta, la verdad es que no falta de nada, es un piscolabis variado y abundante, disfrutándolo con compañeros y amigos, que más se puede pedir. Nos echamos de nuevo al camino, me lo tomo con calma y aviso para que no me esperen, al llegar a Alcubierre no subiré el puerto y continuaré directamente a Robres, los esperaré en las piscinas. En la participación anterior subí el puerto, incluso hice un alto para visitar lo que se ha dado en llamar la ruta George Orwell. Eric Arthur Blair, hijo de la Gran Bretaña, se alistó en las milicias del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) que estaba muy de moda por aquellas fechas y fue destinado a un lugar tranquilo, la sierra de Alcubierre en enero de 1937, más peligroso por el frío que por el enemigo. A los pocos meses que paso allí, les saco buen provecho, cosa por otra parte muy británica, publicando un libro titulado “Homenaje a Cataluña”, supuestas memorias de los seis meses que pasó como miliciano entre Barcelona y el Frente de Aragón. Aquí, en Robres hay un Centro de Interpretación de la Guerra Civil, pero yo bastante tengo con recuperarme junto a la piscina con una buena jarra de cerveza.


 
Poco a poco van llegando los demás participantes y comienzan a servir el segundo avituallamiento compuesto sobre todo por tortilla de patatas, migas, cerveza, refrescos, chocolate y magdalenas. Ahíto el personal, retomamos el recorrido por los llanos de la Violada hacia Torralba y su iglesia parroquial de San Pedro ad Víncula situada sobre un altozano que domina el pueblo. Para conquistarla habrá que esforzarse, yo al menos llego sin respiración y con un fuerte dolor en las costillas. El edificio es de mampostería y piedra sillar, del siglo XVI, una galería de arcos de medio punto de ladrillo recorre la parte alta. Adosada en su cabecera una torre cuadrada de ladrillo y estilo mudéjar de cinco cuerpos, decorada con esquinillas, zigzags, rombos y cruces. Hay que descender y para algunos no es fácil, nuestras vetustas monturas no frenan tan bien como pudiera parecer y obligan a más de uno a echar pie a tierra.


El camino hacia Frula es un paseo entre campos de maíz. Nos espera un buen baño en las piscinas y una comida de hermandad a base de paella de la que se sienten muy orgullosos los vecinos del pueblo. Premios, proyectos, promesas, abrazos, despedidas, es hora del regreso. Otros nos quedamos en Frula, a disfrutar de sus piscinas y de los amigos. Mañana será otro día, toca regresar a Murcia, mis costillas no me dejan hacer la vía verde del Zafan como tenía previsto para “aprovechar” el viaje.

 
Mariano Vicente, septiembre de 2022





 

martes, 21 de junio de 2022

La Histórica 2022

 

 

Tierra de Pinares, Abejar, Soria. Acero, cromo, mallot de lana. Estamos en La Histórica, marcha de ciclismo clásico que reúne a más de 250 locos aficionados a las bicicletas de más de 40 años. Cables de freno al aire, cambios en el tubo diagonal del cuadro, calapiés y ruedas que han dado ya muchas vueltas. Mucho calor en esta mañana de la décima edición de la Histórica, muy especial después de tres años de ausencia por la pandemia. Jornada marcada por el buen ambiente, el compañerismo y la pasión por ese ciclismo de antaño. La Histórica es una cita a la que acuden profesionales de la talla de Perico Delgado, Julio Espeso, Juan Vitoria, Gómez Rivero, Serguei Smetanine, Andoni Balboa, Iñakí Gastón, Santiago Portillo, Enrique Aja, Andréi Zinchenko que, junto al organizador de la marcha Alberto Faricle y nuestro querido Félix García “Pirelli”, no se pueden perder.



Pasadas las 9.30 horas, Pirelli cortó la cinta y Perico prendió la traca que daría comienzo a la marcha. Arranco del frontón de Abejar en dirección a Cabrejas del Pinar, 60 kilómetros de asfalto y pistas nos esperaban y pondrían a prueba tanto a los participantes como a sus monturas. Precioso paisaje entre pinos, vacas, añejos pueblos y torreznos, por algo en esta décima edición se rendía homenaje al torrezno de Soria y cada participante ha donado un euro solidario para Alzheimer Soria. Lejos del crono, lo que primaba era reconocer a los viejos conocidos que, endogámicos, nos vamos buscando marcha tras marcha, quedada tras quedada. En solitario, en pequeños grupos, o formando verdaderos equipos como el club Cenicero, Clásicos de Aranda, el club Zeus, el club ciclista Los Muros o la agrupación ciclista de Abejar, todos disfrutábamos del buen ambiente, del caluroso día y del vino dulce en Muriel El Viejo, de los Torreznos en Catalañazor o del vermut en Cabrejas del Pinar. Y eso sin contar la comida de hermandad a la llegada en el pabellón de Abejar. 





Carreteras en las que tienes que llevar más cuidado con las vacas que con los coches, pistas y caminos de tierra que acechan a los participantes para regalar aquí y allá algún que otro pinchazo y la verdadera “puñalada” del “Col de Pepinil” en mitad de la digestión. ¡Cómo subían y bajan los torreznos por el esófago! Una de las cosas que me ha llamado la atención ha sido la manera en que se han volcado los vecinos de los pueblos por los que pasábamos, o la paciencia de Perico Delgado compartiendo selfies con el pelotón o como asistencia técnica, especialmente con las chicas si necesitaban un empujoncito.



La cita arrancó el sábado con mercadillo, hamburgesada y concierto country en los que el personal participó, no sé si la palabra sería disfrazados o vestidos de cowboys. Todo participante tuvo su bolsa de corredor con productos de la tierra y un mallot que homenajeaba a la combinada que lució en 1991 Miguel Induráin. La histórica nació en 2012 de la mano del amigo Alberto Faricle y como el mismo dice “…nace para acoger a un acontecimiento de prestigio que de a conocer a nuestras regiones, tanto por su patrimonio histórico como por sus excepcionales paisajes…” y creo que lo está consiguiendo, solo tenéis que inscribiros para la próxima en 2023 y viviréis en vuestras propias carnes esa atmósfera retro de los tiempos épicos del ciclismo y sobre todo ese compañerismo que ya no se ve en las marchas ciclistas de estos tiempos.



Mariano Vicente, junio de 2022

el track...

 


sábado, 26 de febrero de 2022

lunes, 17 de enero de 2022

III Retrolevantina - Murcia Clásica (Información)

 

III RETROLEVANTINA MURCIA CLÁSICA
(Marcha ciclista vintage en la Región de Murcia)

Concentración Retro de bicicletas clásicas donde las protagonistas serán las bicicletas y los ciclistas amantes de las clásicas y complementos de época.
Salida cicloturista no competitiva, sin tiempos, sin clasificaciones, sin prisas, para hablar y disfrutar del entorno. Una mirada al pasado de nuestro ciclismo en blanco y negro, a un ciclismo de leyenda y de héroes.

Ruta que recorre lugares emblemáticos de nuestra geografía e historia por todo tipo de carreteras que están abiertas al tráfico por lo que en todo momento se respetaran escrupulosamente las normas de circulación. Una mirada a nuestra tierra con el matiz sepia del ciclismo clásico.

Recorrido

Este año, el sábado 12 de febrero a las 10.00 h. de la mañana, saldremos de la localidad muleña de Fuente Librilla para dirigirnos en dirección Pliego, pero no lo haremos directamente; al principio nos encaminaremos hacia Mula, para en el kilómetro 8.5 girar hacia el oeste en busca del pequeño puerto de Pliego y el pueblo del mismo nombre. Tramo en el que pedalearemos entre Almendros en flor.

El segundo obstáculo a superar será el modesto puerto de Espuña, de solo 2 kilómetros y suaves rampas. Nuestra atención ahora serán las raíces de los pinos que jalonan la carretera que levantan el asfalto. Tendremos Sierra Espuña a nuestra derecha y en unos 10 kilómetros, tomaremos una desviación pata dirigirnos hacia la población del Berro. ¡Ojo, no pasar de lardo, aquí tomaremos un piscolabis!

El tentempié nos dará fuerzas para superar el reto de alcanzar el collado del Marqués. Fuertes rampas que nos pondrán a prueba y más con los desarrollos que nos gastamos y a continuación lo que someteremos a “tortura” serán nuestros frenos bajando las herraduras de las cuestas del Marqués.

Ya solo nos queda un plácido recorrido hacia Gebas y Fuente Librilla donde disfrutaremos de una merecida comida para todo aquel que quiera quedarse. (¡Ojo, tenéis que comunicármelo con antelación al teléfono 637331586)
  
¡Y al día siguiente nos vamos a Elche! 

Mapa:

 


 Datos:

Facebook: https://www.facebook.com/murciavintage/
Video del itinerario: https://youtu.be/NqkDkx5qY5E
Ruta en wikiloc: https://es.wikiloc.com/rutas-ciclismo/pre-iii-retrolevantina-murcia-92378321
Salida: Restaurante Avenida. C. Escuelas, s/n, 30178 Fuente Librilla, Murcia (10.00 h.)
Enlace punto salida: https://goo.gl/maps/Vzc4FXJCfDpJnttLA
El tiempo: https://www.eltiempo.es/fuente-librilla.html
A la llegada disfrutaremos de una comida de hermandad para todo aquel que quiera quedarse. En breve ponderemos menú y precios.

Bicicletas:

Las bicicletas de carretera ideales para participar, son las utilizadas hasta 1985 (pedal con rastrales, cables de freno por fuera de manillar y cambio al cuadro). Se admiten bicicletas utilizadas hasta 1989 (pedal automático, cables de freno al manillar, pero con el cambio al cuadro). Si tienes alguna similar pero que no cumple todos los criterios, ponte en contacto con nosotros.

Se permite el uso de bicicletas destinadas a otros fines: Servicios, Paseo, Tándem, etc, pero siempre con más de 25 años.

Por ahora descartamos las bicicletas de MTB.

Indumentaria:

Deberá llevarse ropa de la época o vestimentas y accesorios que den un aire clásico.

Mariano Vicente. Murcia 01-01-2022

MUY IMPORTANTE - NORMAS DE PARTICIPACION



III Retrolevantina - Murcia Clásica (Video del recorrido 2022)